En Colombia, igual que en el resto del mundo, muchas personas y Psicólogos han abusado de la certificación de “animales de asistencia”, para llevar a sus animales en la cabina de los vuelos comerciales, sin que la persona tenga la necesidad clínica ni el animal una mínima preparación para ese oficio ni para un buen comportamiento en espacios públicos. Simplemente pagan al Psicólogo por el papel, este frecuentemente no conoce al animal, no tiene formación relacionada con el tema, pero le emite el certificado, cobra y ya. Y lo que está pasando en el mundo es que animales que no saben comportarse en público, agresivos y con otros problemas entran en conflicto con otros pasajeros. Y se cierra el espacio para las personas que realmente necesitan el servicio y los animales seriamente preparados, que es para los que se pensó esa certificación.
El Colegio Colombiano de Psicólogos me invitó a formar parte de un equipo que estudiara el tema y sugiriera elementos para reglamentar la forma en que los Psicólogos deben certificar un animal para este servicio, y la necesidad clínica de la persona para viajar con él. Estudiamos las normativas, indagamos con expertos y reglamentos locales y de otros países, hablamos con las autoridades y las aerolíneas, pensando en el bienestar de las personas que requieren este apoyo, de las demás personas en los vuelos y del animal, si viajara en cabina como animal de asistencia u otros servicios, o en bodega como animal de compañía común y corriente. Compartimos los borradores del documento con otras personas y entidades para ajustes y aportes adicionales, que integramos en la medida en que llegaron dentro de los tiempos propuestos. Les comparto el documento, que será la base de actividades orientadoras a los Psicólogos, las aerolíneas y al público. Está disponible en este enlace: